Cómo actuar ante una crisis epiléptica

Cómo actuar ante una crisis epiléptica

La eplilepsia es un trastorno provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. A esto se le llama «ataque epiléptico».

En general, las crisis duran desde segundos a 1 o 2 minutos. Nos puede tocar a cualquiera de nosotros presenciar uno de estos ataques y sin embargo, la mayoría no sabemos a ciencia cierta cómo actuar en estos casos. Existe un protocolo que debe seguirse ante un ataque epiléptico, sea cual sea el tipo de crisis de que se trate. Conocerlo nos permitirá actuar con rapidez y efectividad.

  1. Mantén la calma. Intenta controlar los nervios y actuar con la cabeza fría. Si estás tranquilo, te será más fácil prestar atención a detalles importantes.
  2. Si se reconocen los signos y da tiempo antes de que empiece la crisis, puedes ayudar a la persona afectada a sentarse o ir a la cama o un lugar cómodo. Si ya ha comenzado la crisis, es mejor no trasladar al paciente.
  3. Acuesta al paciente y ponlo de lado. Así evitarás que trague vómito, saliva o cualquier sustancia.
  4. Quítale o afloja cualquier prenda apretada alrededor del cuello para que respire mejor. Si lleva gafas o cualquier otro objeto que pudiera hacerle daño, retíraselo.
  5. Colócale algo blando bajo la cabeza. Puede ser un cojín, o una chamarra doblada, de esta manera, no se golpeará la cabeza contra el suelo.
  6. Aparta los objetos duros o punzantes y los muebles que haya a su alrededor para evitar que se golpee o hiera con ellos durante las convulsiones.
  7. Controla, pero permite todo tipo de movimiento convulsivo, protegiéndolo en la medida de lo posible para evitar que los movimientos provoquen golpea sobre la cabeza.
  8. Controla el tiempo. Si transcurren más de cinco minutos y la crisis no termina, llama a emergencias.
  9. Acompáñalo hasta que la crisis termine. Deja que descanse acostado o de lado, y se irá recuperando poco a poco. Es frecuente que tras una crisis, el paciente se encuentre cansado, desorientado o se duerma. Hasta que esté completamente alerta, no le ofrezcas nada de comer ni beber.

Es cierto que presenciar una crisis epiléptica puede resultar angustioso, pero toma en cuenta que los acompañantes son las únicas personas que pueden ayudar al paciente en estas situaciones.

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